Libro de chistes cortos buenos

Un camorrista muy tonto se oculta en un callejón y cuando ve a un transeúnte se abalanza sobre él. -¡Eh, tú, si dices una sola palabra, te... te... te... rompo la cara! Pero el transeúnte lo desafía: -¡Vamos, hombre, no me hagas reír, so memo! El camorrista tonto se pone rojo y masculla: -¡Has tenido suerte! ¡Si llegas a decir una sola palabra, en lugar de siete... te... te habría partido la cara.