Una señora está a punto de tomar una avión por primera vez. No cabe en sí de la excitación y le pide a la azafata que la acomode en un asiento de ventanilla para no perder detalle. A su lado se sienta un viajante de comercio que ya ha cogido el avión miles de veces. Los motores comienzan a rugir y el avión se mueve. La señora mira por la ventanilla y exclama con entusiasmo: -¡Mire, mire cuánto hemos ascendido en un momento. Allí abajo las personas parecen hormiguitas, ¿lo ve? -¡Señora, el avión aún no ha despegado, seguimos en la tierra... y lo que usted está viendo son hormiguitas de verdad!