Libro de chistes cortos buenos

Un día de mayo, un pavo llega a una granja muy bonita y con muchos animales. El pavo, muy pagado de sí mismo, se pasea por toda la granja y charla con los animales que va encontrando. Al cabo de unos díos se acerca al establo. -Hola, asno. ¿Sabes? Te he estado observando. Te pasas de día trabajando, y, cuando no trabajas, está aquí encerrado en el establo, o el granjero te ata a un carro. ¡No tienes carácter! El asno se quede mirando al pavo y no dice nado. Al día siguiente el pavo vuelve al establo del asno: -¿Lo ves? Hoy también te has pasado el día trabajando y ahora estás atado a una cadena. Deberías rebelarte, pero no tienes carácter. El asno se queda mirando al pavo y no dice nada. Al otro día el pavo se presenta de nuevo en el establo y le dice lo mismo, y así todos los días. Hasta que por fin, tras la enésima provocación del pavo, el asno se vuelve y le dice: -Yo no tengo carácter, pero año que viene estaré aquí. ¡En cambio, tú no te pareces en nada