Libro de chistes cortos buenos

Un perro entra en una oficina de telégrafos, coge una hoja en blanco y escribe: guau, guau, guau, guau, guau, guau, guau. El telegrafista mira el papel y le dice al perro: -Hmmm... Son solo nueve palabras. Podría usted enviar otro guau por el mismo precio. A lo que el perro responde, partiéndose de risa: -¡Pero es que eso no tendría ningún sentido!