Una señora muy miope reserva un pasaje en un crucero. Se instala en su camarote y empieza a colocar toda la ropa que llevaba en la maleta... Un miembro de la tripulación le pregunta: -¿Qué tal, señora? ¿Le resulta cómodo el camarote? -¡Ya lo creo! -exclama la señora, entusiasmada. Señala el ojo de buey y añade-: Además, estos armarios de pared son fantásticos, ¡parece mentira la cantidad de ropa que llega a caber