Libro de chistes cortos buenos

Mamá, dame un par de euros que en la calle hay un pobre hombre gritando desesperado... -Toma Jaimito, qué buen corazón tienes, así me gusta... Al rato la madre le dice: -Por cierto... ¿Qué gritaba el señor? -¡Helados, ricos helados!