Libro de chistes cortos buenos

El capitán deja el barco en manos del teniente, con el fin de ver cómo lo maneja. La primera orden del improvisado oficial es: -¡Veinte grados a estribor! Al oír eso, el capitán le dice con benevolente sonrisa: -Muy bien, teniente, su orden es perfecta... Sólo que la ha dado 24 horas antes de tiempo.