Libro de chistes cortos buenos

El conductor del autobús conversa con una pasajera sordomuda, que en cierto momento se lleva un dedo a la nariz. Entonces, él se lleva dos dedos, después se señala al seno y a los genitales. Ella se señala a las nalgas. Más tarde, al final de la línea, un pasajero curioso pregunta al conductor el significado de la conversación silenciosa. Y el responsable del autobús le contesta: -La mujer me ha preguntado si el precio del billete era de cincuenta céntimos y yo le he dicho que sesenta. Después, le he preguntado si tenía que bajar en la parada de la lechería o en la fábrica de pelotas, y ella me ha respondido que iba a bajarse en la parada de la central del gas.