Libro de chistes cortos buenos

-Dígame, vecino, ¿por qué cuida con tanto mimo a las abejas si ya no le dan nada de miel? -¡Schissss! ¡Calle, por favor, que puede oírle mi mujer! A mí me son muy útiles: ¡ya le han picado varias veces a mi suegra!