Libro de chistes cortos buenos

Los días de amor del viejo toro han terminado, desgraciadamente para él. Pero el buen granjero le permite quedarse en el prado con las vacas, a las cuales ya no puede servir. Se compra un toro más joven. El día de la llegada, viendo a su rival, el viejo toro empieza a cocear y a resoplar. -¡Estáte quieto! -le ordena el granjero-. ¡Eres ya demasiado viejo para esta clase de cosas! -Quizá -contesta el toro-, ¡pero, al menos, así podré demostrarle a ese jovencito que no soy una vaca!