Delante de la puerta del Cielo hay una cola de mujeres casadas. San Pedro las dice a todas: -¡La que haya sido infiel a su marido, qué levante el brazo derecho...! Todas levantan el brazo, menos una. -¡Venga, entrad de una vez! ¡Y que do de vosotras se hagan cargo de la sorda!