Libro de chistes cortos buenos

Una viejecita cruzaba todos los días la frontera en una bicicleta, cargada con un saquito de arena Al guardia de frontera no le tardaron en entrarle sospechas y le preguntó a la viejecita: -¿Qué lleva en ese saco? -Sólo arena, señor. El guardia vació el saco, y vio que sólo contenía arena. Intrigado, un día le dijo a la viajera: -Prometo no detenerla, ni decir nada en comisaría, pero por favor dígame: ¿Lleva contrabando o no? -Sí -respondió la anciana. -¿Qué lleva? -Bicicletas.