Un gallego vuelve a su casa inesperadamente y se encuentra a su mujer en la cama con su mejor amigo. Se va rápidamente a buscar una pistola, mientras dice que les va a matar a los dos, que obviamente están acojonados. Pero cuando vuelve con la pistola al dormitorio, se queda parado en la puerta, apoya el cañón en su sien y cierra los ojos. La esposa y el amante se sienten sin duda alguna aliviados al ver que el marido se va a pegar un tiro, y entonces dice el marido: -Pues no se de que os alegráis, después de suicidarme os voy a matar a vosotros.