Libro de chistes cortos buenos

Tras muchos años al frente de una tienda de animales, el propietario no puede seguir manteniendo el negocio y decide vender todas las mascotas en una subasta pública. Un señor que asiste a la subasta se fija en un loro y decide conseguirlo. La subasta resulta muy dura pues desde el otro lado de la sala le igualan las pujas constantemente, pero finalmente se hace con el loro, eso sí, muy caro. Se dirige al vendedor y le pregunta: -¿Está seguro de que el loro habla? -Sí, claro, ¿quién se cree que estuvo pujando todo el rato?