Libro de chistes cortos buenos

Una viejecita está cruzando y un motorista la atropella. La pobre, que está muy magullada, se incorpora y empieza a gritar: -¡Es usted un pirata de la carretera! ¿Está ciego o qué? -¿Ciego, yo? -le responde el otro la mar de indignado-. ¡Pero si le he dado de lleno!