Una señora entra en una papelerÃa y se dirige al dependiente: -¡Quisiera una pluma para mi hijo, que va a cumplir dieciocho años dentro de unos dÃas! El dependiente le muestra una bonita pluma estilográfica y comenta: -Vaya sorpresa se llevará su hijo, ¿eh? -¡No lo sabe usted bien! ¡Él cree que vamos a regalarle un coche!