Libro de chistes cortos buenos

En la consulta, un doctor tranquiliza a una mamá: -¡No tiene que preocuparse por nada, señora, su hijo está sanísimo! -Ah, manos mal -exclama la madre con alivio-. ¿Sabe?, nuestro ordenador tiene un virus, ¡y temía que también lo hubiera pillado de niño!