Libro de chistes cortos buenos

En un restaurante, un cliente escoge del menú un plato llamado langosta fresca. Cuando se lo sirven, protesta indignado. -¡Camarero, esto es una vergüenza! ¡He pedido plato de langosta fresca y había un pelo en el plato. Exijo hablar con el cocinero! El camarero niega con la cabeza y le responde: -Señor, puedo garantizarle que el pelo no es de nuestro actual cocinero, que es calvo y tiene la cabeza como una bola de billar. ¡El pelo debe ser del cocinero que trabajó aquí el mes pasado.