Libro de chistes cortos buenos

Dos náufragos sobre una balsa pasan cuatro días sin comer ni beber. Ya están al final de sus esfuerzos. Uno de ellos se arrodilla y reza: -Dios mío, toda mi vida fui malo, perverso, incrédulo. Te prometo que si me salvo cambiaré de vida y toda mi fortuna te... Le interrumpe el otro: -¡Calla, calla! No prometas nada, que veo un barco que se acerca a nosotros...