La próxima pecadora es Josefa. -Padre, ayúdeme. El domingo fui al cine con Pedro y, más tarde, fuimos a dar una vuelta por el bosque... -¿Y? -Primero me cogió de la mano, luego me abrazó, después me besó por toda la cara... Me obligó a acostarme... Sólo para descansar un rato, me dijo. Empezó a desnudarme, y aunque yo luchaba... -¡Ya sé, ni una palabra más...! Te introdujo el órgano, ¿verdad? -Sabe, Padre, yo de música no sé mucho... ¡pero creo que aquello era una flauta!