Libro de chistes cortos buenos

A un cazador de montaña le piden en un campamento nocturno que cuente su más terrorífica experiencia. -Me encontraba un día en medio de la espesura del bosque -empieza él de buena gana-. Iba pensando en mis asuntos, cuando, de golpe, un gigantesco oso grizly se plantó a mis espaldas. Me agarró con sus brazos robustos, y empezó a apretar hasta casi cortarme la respiración. La escopeta se me cayó de las manos, y el oso... ¡Podéis creerlo si queréis... Pero el oso se precipitó a coger el arma, y me apuntó con ella! -¿Y tú qué hiciste? -pregunta un joven curioso. -¿Qué podía hacer? -contesta el cazador suspirando-. ¡Me casé con sus hija!.